Mercadillo dominical y racionalidad
JUICIOS DE ALBÉITAR / Javier Callado
El debate municipal de la última semana giró en torno a la reubicación del mercadillo de Papalaguinda. Como en otras ocasiones, se mezclan distintos argumentos, lo que contribuye a dificultar el análisis ponderado de la situación. Intentaremos poner un poco de luz en tanto barullo.Por una parte parece inevitable el traslado del mercadillo si Papalaguinda se somete a una remodelación. Sin embargo este desplazamiento puede ser una oportunidad para reforzar otros barrios de la ciudad. Por ello el traslado a un enclave aislado, inaccesible a pie por la lejanía y carente de servicios –hostelería– y de población cercanos, como la explanada de Clarés, resulta incomprensible.La sensación que produce este planteamiento es el de una concesión a las asociaciones de comercio tradicional, siempre contrarias al mercadillo. Si bien es adecuado atender a una parte de su reclamación –comprobar y exigir la legalidad de los permisos de cada vendedor ambulante–, no lo es liquidar el mercadillo porque va contra los intereses de la ciudad.En cuanto a la reubicación, lo lógico sería aprovechar una calle de escaso tráfico en un barrio que necesite impulso comercial. La avenida Peregrinos, en Eras de Renueva, cumple ambos requisitos. La debilidad mercantil de Eras está mermando su pujanza, a pesar de que se pretende que sea una de las fachadas de la ciudad. El mercadillo puede complementar la reducida oferta de comercio y popularizar su trama viaria.
http://www.la-cronica.net/2009/05/19/opinion/mercadillo-dominical-y-racionalidad-36027.htm
20090518
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