EL HORIZONTE /
El rastro
El Ayuntamiento de León se ha encontrado de bruces con un conflicto no esperado por el traslado del rastro para renovar el paseo de Papalaguinda. La decisión de que el traslado sea definitivo obedece sin duda al buen propósito de evitar el nuevo deterioro de esta zona, como espacio vital de esparcimiento en la ciudad, pero la falta de previsión al no presentar el nuevo espacio de Clarés perfectamente adecentado, limpio y atractivo el pasado domingo, ha dado una enorme baza a sus detractores. La negociación con los vendedores y la mejora de la oferta de Clarés, si no surge otra nueva, se hacen indispensables, porque el rastro es el sustento de muchas familias y su desaparición no sería tolerada por una gran mayoría de ciudadanos.
El rastro
El Ayuntamiento de León se ha encontrado de bruces con un conflicto no esperado por el traslado del rastro para renovar el paseo de Papalaguinda. La decisión de que el traslado sea definitivo obedece sin duda al buen propósito de evitar el nuevo deterioro de esta zona, como espacio vital de esparcimiento en la ciudad, pero la falta de previsión al no presentar el nuevo espacio de Clarés perfectamente adecentado, limpio y atractivo el pasado domingo, ha dado una enorme baza a sus detractores. La negociación con los vendedores y la mejora de la oferta de Clarés, si no surge otra nueva, se hacen indispensables, porque el rastro es el sustento de muchas familias y su desaparición no sería tolerada por una gran mayoría de ciudadanos.
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